Esta casa es el resultado de una acertada selección de materiales, la búsqueda de volúmenes perfectos y el cuidado exquisito en los detalles. Es una casa llena de magia y colores.

El cliente requería una casa de temporada, para ser rentada durante el verano pero con el confort adecuado para ser disfrutada durante todo el invierno. El terreno de 530 m², orientado hacía al océano, se encuentra en Altos de Punta Piedras. Esta zona está en pleno auge de crecimiento debido a los múltiples emprendimientos de chacras marítimas y Clubes de campo que se están dando lugar en ese contexto. Debido a las extraordinarias características topográficas del sitio dadas por una punta de piedras de importante pendiente, todos los terrenos disfrutan de vista garantizada al océano, hacia el frente y hacia los laterales, como si se tratara de una isla. Asimismo se mantiene la vista a escala peatonal, ya que el diseño de la trama urbana fue realizado describiendo círculos concéntricos, y todas las calles tienen salidas al océano desde sus dos extremos. El proyecto unifica totalmente la estética y funcionalidad de la vivienda, detalla la Arquitecta Bía que trabajó con la colaboración de Ayudante de Arq. Victoria Martín del Puerto y Ayudante de Arq. Martín Nonini con los mejores avances en tecnología inmobiliaria.

Como si se tratara de un sólo espacio continuo, la construcción fluye en un recorrido con movimientos en espiral. Para lograrlo se utilizaron varios recursos: la disolución de los bordes y los ángulos en aberturas que se pliegan en las esquinas y la ausencia de carpinterías o pilares de hormigón armado en los bordes.

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